viernes, 23 de febrero de 2018






El Municipio de Cáqueza se encuentra situado en el oriente del Departamento de Cundinamarca, sobre la cordillera Oriental de Colombia, localizado entre las coordenadas 4 grados 24 minutos 46 segundos Latitud Norte y 73 grados 55 minutos 47 segundos Longitud Oeste. Su temperatura media es de 20°C, localizado en la parte inferior de una gran ladera en vecindades del río que lleva su nombre, la altura sobre el nivel del mar es de 1.746 m, su precipitación media es de 1.150 mm, posee dos estaciones invierno y verano.
Cáqueza en lengua chibcha quiere decir cercado o región sin bosque, según Acosta Ortegón. Dice Rufino Gutiérrez en sus Monografías que los primitivos pobladores fueron los Gúchipas; de la nación Chibcha, dependientes del Cacique Ebaque. Fue fundado por el Oídor Luis Enriquez mediante auto de 23 de octubre de 1600, formado por los indios de este y los poblamientos de Estaquecá, Ubatoque, La Cabuya, Tingavita, Tunque Tuira, Quirasoca y Quebrada Honda.
El 22 de noviembre de 1600 el Oídor Luis Enriquez y el Fiscal Aller de Villagómez mandó juntar los indios para la correspondiente descripción, del que resultarón 770 indios. El 10 de mayo de 1601 en Santafé Luis Enriquez contrató con el albañil Hernando Arias la construcción de una iglesia en el nuevo pueblo de Cáqueza. En 1607 Arias abandonó las obras y por auto de 11 de julio se encargo a sus fiadores Antonio Pérez y Luis Márquez su terminación.
Esta iglesia fue reconstruída en 1736 siendo Cura Fray Tomás de Paz; fue destruída por el terremoto, del 12 de julio de 1785 el cura Ramón Eguiguren quien comenzó una nueva que existía todavía en 1892. A un lado del actual templo parroquial, reconstruído en 1924 a 1934, se ven las ruinas de una antigua y derruída iglesia. No se conoce la fecha de erección en Parroquia, que pudo ocurrir a finales del siglo XXIII.
En la visita del Oídor Joaquín de Aróstegui y Escoto al pueblo de San Pablo de Cáqueza el 3 de febrero de 1759 resultaban 636 personas; era su cura doctrinero Fray Antonio Martín del Casal y Freiria. Aróstegui y Escoto por auto de 6 de febrero de 1759 asignó a los indios una parcela de comunidad y con sus frutos fundó una casa hospital.
Hechos Notables
El Padre Carlos José Romero, párroco de Cáqueza en 1959, en Artículo publicado en el boletín de historia y antiguedades dice que la primera partida de bautismo data de 1663, firmada por Fray Juan de la Cruz. En el sitio de Cabuya de Cáqueza se libró combate entre las tropas del General Miguel de Roergas Serviez que fue la culminación de la angustia del ejército defensor del Gobierno de las Provincias Unidas; en esr casa en el nuevo sitio, la primera fue la que hoy es "Escuela Santander" la segunda La de Aquilina García, y la tercera, que vino a ser la casa Municipal. En 1942 se hizo el traslado definitivo.
Por los lados de Tierranegra, al otro lado del Boquerón de Tausa, y mas hacia Nemocón, existió el pueblo aborígen de Rasgatá o Tasgatá que en 1600 fue extinguido y agregado a Nemocón por orden del Oidor Luis Enriquez. El 20 de febrero de 1908 los vecinos pidieron al Gobierno Nacional la donación de uno de los locales de las colinas con destino a una escuela urbana.
Ubicación alcaldía: Palacio Municipal Calle 2a. No. 4-30

Año de Fundación: 1600

Provincia de: Oriente

Altitud: 1746

Temperatura: 19°

Distancia a Bogotá: 46 (km)

Número de Habitantes: 20288


PRESENTACIÓN



Queridos lectores:
¿Alguna vez has oído contar leyendas del pueblo donde naciste?

Tus abuelos te dejaron  cuentos, leyendas, coplas, que te harán soñar, reír y gozar; además viajaras al pasado en donde podrás comprender y valorar los misterios y las creencias de tus ancestros.



BELLAS LEYENDAS DEL MUNICIPIO DE CÁQUEZA


EL ESPANTO DE LA CASA CURAL DE CÁQUEZA

En la catedral de Càqueza 
un cura enterró un tesoro 
y después de haberse muerto 
se condeno por el oro.

Por ello en noches oscuras 
todos andan con presteza 
para que no los sorprendan 
el curita sin cabeza.

Vaga el cura sin cabeza 
y a todos deja tendidos;
pero el curo si ha entendido
los que asustan son los vivos.

Es un cura interesado 
y a todos manda acostar 
a ver si el alma le dice
donde el tesoro sacar.

Ahora si comprende el pueblo
por que paro de excavar
si el vivo vive del bobo
y el cura de predicar.

AL CERRO DE MONRRUTA


Oh cerro de monrruta 
que escondes tus tesoros
de historias leyendistas
preciados como el oro.

Al cerro de monrruta
castillo del ensueño
os guarde historias bellas
al pueblo Caqueceño.

Resultado de imagen para el señor en el caballo terrorCorrían los tiempos en que el prebistero Francisco Josè Vergara regentaba la parroquia de Càqueza, tiempos azarosos aquellos, por la causa de la revoluciòn del 1900.
El "Doctor Vergarita" como le decían sus feligreses con cariño, cuidaba de su rebaño con solicitud tanta, que muchas veces llegaba de noche a golpear en las casas del poblado para dar una noticia alarmante: 

- ¡Arriba! ¡Llega la revolución! En la casa cural los espero. En la casa cural estaban reunidas muchas personas, en tiempos aquellos revolucionarios hablando, cuando...

- ¡Cataplum! La pieza de la esquina opuesta a el sitio donde se encontraban retembló, un ruido, aquel sonido de una vajilla estrellada y con ella unos cuantos cubiertos y objetos metálicos que habían en la casa cural.
Imagen relacionadaQuedaron atemorizados y suspensos hasta cuando llego el Doctos Vergarita y les dijo: 
- No se afanen, que eso que escucharon es el espanto de la casa cural.
y en efecto, el párroco había llegado hasta congeniar con el espanto, el que asustaba, no a todo el mundo sino a determinadas personas que llegaran a pernoctar en la casa.

Pero el miedo, siguió visitando con frecuencia la casa y aún después de haber dejado el curato del Doctor Vergarita, tiempos en los que lo remplazo el virtuoso Sacerdote Jesús Vargas. Una noche entró Montenegro a la casa cural, bastante tarde y en el angulo de la apariciones, en aquella esquina opuesta vio a un cura alto y seco que se le quedo mirando... Y muy tranquilo se metió a su cama para sorprenderle; al instante al ver la puerta que el había cerrado a su espalda, se abría dando pasa a el cura alto, seco y sin cabeza, que con lentitud se le aproximaba a su cama, poco a poco más cerca a su oreja para hablarle.

Otra noche se presento sobre el armonio.
¿Qué sucedía? pues el cura alto y sin cabeza avanzaba lento y majestuosamente hacia ellos, por corredores y pasillos de la parroquia, haciendo huir despavoridos a los residentes hasta meterse bajo las cobijas.


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Solo el padre Jesús Vargas, decidió nombrar una comisión para excavar en el sitio, en que el fraile solía presentarse; al percibir que se encontraba muy cerca del entierro dio la orden de suspender la excavación, mandándolos a descansar; pero lo curioso es que desde esa noche desapareció el cura sin cabeza, volviendo a reinar la paz y el sueño en los residentes del pueblo de Cáqueza y la iglesia.





EL HOMBRE QUE ODIO LOS NIÑOS

Es una hermosa leyenda 

que nos deja una lección
dar valores a los hijos
con buena educación.

Pues así de esta manera

para los años dos mil,
puede acabar el estado
con el maltrato infantil.




Don Felipe era un hombre de mal genio al que nunca le gusto que se le acercaran los niños, una vez quedo de ir a trabajar donde Don Manuel y, como era distante de su casa, llevo su caballo para apurar su viaje de regreso a casa, sin que le cogiera la noche.

Después de terminar la labor del día, se despidió de sus compañeros de trabajo y tomo camino para su casa de una manera rápida pero con tan mala suerte que se anocheció, al llegar al sitio donde tenia que pasar la quebrada de la "Sinativa" escucho llorar a un niño entre el matorral, sin pensarlo dos veces se detuvo y bajo de su caballo empezando a buscar por la orilla, cuando lo encontró, lo alzo entre sus brazos y lo monto en ancas de su caballo, el iba pensando que podía ser el niño de su vecina Lucia.


Siguiendo su camino sin mas contratiempo cuando sintió un rasguño profundo y doloroso en su espalda, diciendo: "Arre HP...", al mismo tiempo que el niño le dijo: "Papito, ya tengo ñentes y esta belleza de uñas" mostrandole sus inmensos colmillos que lanzaban fuego.

Don Felipe al verlo lanzo un grito de horror diciendo: ¡Virgen santísima!, el niño se lanzo del caballo, lanzando bocaradas de fuego  acompañadas de una enorme risotada ja ja ja... desapareciendo por entre los matorrales, quedando un olor azufrado, que sin duda, dice Don Felipe, era el mismísimo diablo.






LA ROMANA DE ORO

En el portón de la Chapa
había una romana de oro
y el tipo que la encontró
volvió a perder el tesoro.

Narran hoy desconsolados
hasta personas pudientes
que mi Dios siempre le da 
al que no tiene dientes.


En épocas pasadas, allá en el camino a la entrada de la Vereda la Chapa existió un portón de madera como única entrada a este paraíso.
Una noche iba un campesino transitando cuando vio una luz brillante que lo iluminó todo y tras ella, la silueta de un Buchipa que sonreía, dejando entrever su brillante dentadura, le dijo:"Te he escogido entre los humanos, porque no res ambicioso ni egoísta".





El campesino estaba tan confundido y atemorizado que con gran esfuerzo alcanzó a balbucear para decirle:!parte de Dios o pare del diablo! y antes de caer pesadamente alcanzó a escuchar lo que el indio quería revelar.


Al otro día recordó lo sucedido y como sabia que los indios enterraban sus riquezas, empezó a excavar afanosa mente en el lugar de la aparición, encontrando una Romana de Oro y esparciendo le sal inmediatamente sobre el encanto la llevó a su casa para enterrarlo debajo de su estera.

Pero era tanta la alegría, que no pudo callar y le contó a los vecinos el suceso.

 Buchipa se disgusto tanto con el campesino adulador y empezaron e las noches a escuchar ruidos extraños como tropel de animales, acompañado de gritos, silbidos, vientos helados y misteriosos que llenaron de terror y de problemas a la pobre familia; nadie comprendía, todo era discusión.

Un día el campesino decidió bajar al pueblo y contarle todo al sacerdote quien lo aconsejo para que devolviera el tesoro a su lugar de origen y regandole agua bendita se alejo comprendiendo su error, diciendo: "los muertos cuidan sus tesoros". 

Hoy en día la leyenda es conocida por los habitantes, y buscan afanosamente por la colina la Romana de Oro que posiblemente se traslado de lugar.



LAS BRUJAS DEL CAMINO

En el sitio tres esquinas
Don Ricardo tomaba
temiendole a los espantos
que en la noche lo asustaban.

Aquella vieja chicheria 
donde el pueblo deleitaba
y después de varias copas
a sus casas regresaban.

Los habitantes de la vereda Jabonera acostumbraban viajar de tarde del pueblo a la vereda, se iba a caballo parando en el camino, donde hubieron cantinas para tomar chicha y cerveza, compartiendo con sus mejores vecinos y compadres. Ya entrando con alto grado de alcohol y a altas horas de la noche se iban despidiendo y cada uno marchaba camino a su casa.

Cuenta mi abuelito, Ricardo Velásquez, que estando una noche en la chicheria "Tres esquinas" se sintió cogido por el licor y monto en su caballo tambaleando y se marcho para la casa. 

Esa noche había llovido mucho, el camino estaba fangoso y la noche muy oscura; depronto su caballo se tacho, no quiso andar mas, el se bajo del caballo como pudo, no vio cosa extraña, pero saco su cuchillo y lo paso por medio de los brazos del caballo con la señal de la cruz, indicando que el animal estaba atado de las patas y manos. Don Ricardo monto en su caballo nuevamente para continuar el viaje. 

Mas arriba del "Paso Fosca" escucho una tremenda carcajada , luego un silbo penetrante causando que todo su cuerpo se erizara, entrando en un sudor helado; en ese instante sintió cerca de su cara un aletazo que le tumbo el sombrero; ya mi abuelo no pudo mas y cayo despatarrado al suelo, horas mas tarde despertó en su juicio y al llegar a la finca encontró a su caballo sin la silla y entrando rápidamente a su pieza, se acostó en el rincón de la cama contándole lo sucedido a mi abuelita, diciendo que: "no hay que creer en las brujas, pero que las hay, lar hay". 

EL CEMENTERIO INDIGENA

Aqui vez un cementerio
que existio en Colorados
sepultaban a sus muertos
con sus tesoros dorados.

Entre la inmediaciones de las veredas de Jabonera y Colorados del municipio de Cáqueza, en la finca de Don José María Velásquez. Estando un día el tractor arando, se hundió la tierra, los vecinos que estaban en ese momento corrieron a sus casas a conseguir picas y palas por que se imaginaban que era un entierro indígena, comenzaron a excavar con mucho cuidado, para, no perder detalle,
en una profundidad de dos metros encontraron restos de esqueletos indígenas, como huesos y calaveras; debajo de estos fósiles encontraron unas ollas de barro extrañas que contenían un polvo amarillo brillante, pero a ellos no les interesaban sino las ollas, las que llevaron a la quebrada para lavarlas perdiéndose el oro en polvo que corría hacia visos en el agua; las ollas las repartieron amistosa mente entre los vecinos, hoy en día permanecen algunas de ellas en el zarzo d la casa de Don Chepe que las guardo como recuerdo.


EL PATAS

Sigan sus benditas fiestas
que un día vendrá el patas
y a las muchachas solteras
les tocarán las maracas

En una venta campesina de Mercadillo a la vera del camino provista de campos de tejo, de amplias tarimas, de bellas mujeres rozagantes y frescas, como pimpollos recién abiertos, el entusiasmo de la noche en ves de decrecer se hallaba en su punto. Totumadas de chicha iban y venían, menudeaban las copas, no se ahorraba las danzas y los piropos era como la salsa del festival.
En medio de aquel remolino humano, el patas andaba muy a su sabor acompañado de su tiple, caminando paso entre paso y como  quien no quiere llega, fue diciendo a los asistentes buenas noches: el canto tiene poder de disipar penas, de ahuyentar las malas ideas. Que bien cantan ustedes, ¡ viva la fiesta!, ¡viva la alegría! y dirigiéndose a don Pedro le dijo:¿lo recto a usted a ver cual de los dos es mejor trovador?. El forastero rasgo su tiple y cantando al publico asistente: 



Escúchenme señoritas
si buscan un caballero
yo soy un hombre sencillo
y de apuesta, soy soltero.

Don Pedro que tenía alicorado su cerebro, le respondió:

Oiga señor yo le digo
que no sea tan lanzado
a mi me da la impresión
que usted es un tipo casado.

El forastero disgustado, pero, sonreía de forma hipócrita le contesto:



Pues las mujeres modernas
me tienen tan amañado
les gusta hacer el amor
aunque el hombre sea casado.


Don Pedro  que honraba sus principios le dijo jocosamente:

Este lugar es decente
y existe la devoción


no se por qué las mujeres
quieren la liberación.

El forastero gozaba viendo furioso a su contrincante y deseoso de verlo endemoniado le dijo:

No me diga usted mentiras
que a mí me asalta una duda
su vecina esta esperando
del compadre que le ayuda.

Seguía Don Pedro defendiendo sus ideales y la constitución a a cual le respondió:

No hables viejo criticon
¿sabes de modernidad?
porque aqui esta bienestar 
que habla de paternidad.


El diablo ya no podía soportar la bendita risa y rematando su encuentro le contesto:  

Si usted conoce el sector
y practicas los valores
¿por qué las muchachas tienen
en sus labios moretones?

Don Pedro se puso nervioso y malicioso de que se trataba del patas, inspirándose dijo:

Por ser la primera vez
que con forasteros canto
gloria al padre, gloria al hijo
y gloria al espíritu santo.

El patas al escuchar el nombre de los santos golpeo si triple contra las columnas y abriendo su enorme boca, lanzó una llamarada de fuego que aturdió a todos los invitados, y esfumándose de la tarima salio por entre el tumulto de gente, escuchándose un alarido por el matorral; los perros aullaban temerosos metiéndose entre las piernas de sus amos.
Todos comprendieron y uno de ellos dijo:
¡Dejemos de disputas, que esto puede ser el putas!

EL DUENDE DE RINCÓN GRANDE


Carmen Julia una maestra 
que vivió en Rincón Grande
una noche bien oscura
vio pasar un duende grande.

Aquí en la vereda Rincón 
comentaban los vecinos 
que se aparece un espanto,
el duende de los caminos.

Cuenta el abuelo José, que en el tiempo cuando el estudiaba. Las profesoras se hospedaban en la escuela porque el centro urbano era bien distante y no podían viajar por lo tortuoso de los caminos.

Una noche, mientras los docentes dormían en la escuela profundamente, alcanzaron a escuchar ruidos extraños que se hicieron cada vez mas impresionantes,
aterrada una de ellas dijo: " Eso van a ser los muchachos que vienen a asustarnos, pero esperen voy a traer un arma y les disparo unos tiros para asustarlos".



A la semana siguiente cuando los ruidos empezaron a sentirse , la profesora Aurora disparo el arma al aire, con tan mala suerte que la bala se incrusto en el monumento de la virgen. Desde ese instante los ruidos se hicieron más constantes y fuertes.

 Otra noche ya cansados por el ruido prendieron una vela en un rincón del salón dejando un lapicero y una hoja en blanco para que el alma en pena escribiera lo que necesitaba decirles. Pero el alma en pena se disgusto tanto, que golpeo con fuerza un frasco sobre el papel dejando una huella estampada de forma enigmática por que al otro día nadie pudo entender ¿¡cómo habían hecho esa huella con tinta y sangre!?

Pero esto siguió empeorando y el sacerdote hacía exorcismos, cada vez se oían ruidos de botellas que se estrellaban en el piso, en las puertas y pupitres de aquella escuela. Se empezaron a perder las cosas, como: el dinero, cambiaban la ropa de un lugar a otro como si alguien estuviera escondiendo los objetos, hasta tal punto que las profesoras desconfiaban de sus mismos compañeros.

Recuerdo que en cierta ocasión, se perdió un dinero y después de tanto buscarlo y echarse la culpa de unas a otras, lo encontraron en la sisa de la blusa de Aurora meses mas tarde.

Después de varios años, algunos vecinos veían en la noche pasar en la nube la cara de un muchacho sonriente que expedía carcajadas, atemorizando a los transeúntes de la noche y diciendo: ¡Ahí va el duende, el enamorado de las profes!




    LA LAGUNA ENCANTADA

Esta profunda laguna
de tesoros y misterios
se vieron patos de oro
y muchas cosas, de entierros.

Cuentas hoy sus habitantes

que debajo hay una ruta
o un túnel que se conecta
con el cerro de Monruta
presentándose en el centro
una falla geológica
y al pueblo puede acabar
de manera catastrófica.

Cuentan los antepasados que en la Vereda la Chapa del municipio de Cáqueza, existe una laguna encantada, llamada "Laguna Negra" se caracteriza por ser grande y honda.....

En la leyenda nos relatan que por las fincas cercanas, un labrador se desplazaba con su yunta de bueyes labrando la tierra, pues el no hacia caso a los comentarios de la gente y se fue acercando poco a poco. De repente sintió un fuerte remolino que lo perseguía; la Laguna Negra no permitía que se le acercaran y lo arrojo al agua, desde allí no se volvió a saber nada de aquel hombre...

... Así sucedieron muchos casos, también comentaban que un niño que se encontraba cerca de la laguna, pastoreando una vaca, vio a lo lejos algo que brillaba, era un patio de oro, que le causo mucha curiosidad, se acerco para tratar de cogerlo y el agua lo devoró.

Ante tantas desapariciones la gente sintió la obligación de proteger a sus vecinos. Narran que cada viernes aullaba y debían ofrecerle algo para evitar que arrasara con todo, por esto cada tres meses se le arrojaba un animal vivo por preferencia, un perro o un ternero.

Según los indios es tan profunda, tan profunda que en el centro se encuentra un túnel muy largo que atraviesa varias veredas y llega al cerro llamado MONRUTA, y debajo de él se encuentra una iglesia de oro tan grande como un castillo.



EL CAMPANARIO DEL DIABLO




Una noche muy oscura
al diablo le daba risa
pues se llevo el campanario
dejando al pueblo sin misa.


Dicen los antepasados que el diablo se robo una campana de la iglesia del municipio de Une, llevándola al cerro del portachuelo en la vereda de colorados (Cáqueza) colgándola en un lugar muy alto donde nadie podía subir, porque la peña es liza y sin vegetación, solo los habitantes pueden observar desde lejos haciendo comentarios que la escuchaban sonar de una manera clara y resonante el día viernes Santo a media noche. Otros comentan que la escuchan el día 24 de agosto, día de San Bartolomé, pues según sus creencias el demonio tiene licencia para andar y tentar el alma de los habitantes creyentes de la comarca.





LA PATASOLA


Cuando veas la patasola
no se las tire de vivo
si enamoras la muchacha
al final sales jodido



Por eso señor conductor
respete siempre a una dama
en especial la mujer
como si fuera tu máma.

Cuentan los abuelos que en una época se les aparecía una mujer a los conductores que tenían que hacer largas jornadas durante la noche con sus camiones. Ella era una hermosa mujer joven, de cabello largo y rostro fino, usaba vestido rojo y largo para ocultar su defecto de tener solo un pie. 
Saliendo a la orilla de las carreteras en la espera de u conductor amable, cariñoso para que cegado por tanta belleza la invitara a seguir a la cabina. Durante el trayecto les conversaba de una manera agradable, hechizandoles con sus encantos de mujer bonita hasta dormirles, luego los hacia cambiar de rumbo para asesinarlos y después alejándose del lugar con alarmantes carcajadas; relatan los ayudantes del camión que ésta mujer se transformaba en una anciana de piel arrugada y de boca desdentada que los desmayaba por largas horas.

Hoy en día narran los habitantes que ésta mujer lo hacia en venganza, porque durante un viaje perdió una de sus piernas y su vida en un accidente.

La culebra de la Laguna Negra


“Hace años que un indígena tuvo el atrevimiento de acercarse hasta las orillas de la Laguna Negra, situada en el municipio de Cáqueza, lo que en sí encerraba mucho coraje en el excursionista pues la laguna tenía conquistada fama de ser brava y de perseguir y sorberse a quien por allí asomase.
Sin duda para mostrar semejante ánimo corajudo, la suerte le ayudó, porque apenas posó sus ojos en la orilla cuando vio brillar una culebra de oro al alcance de su mano. Y todo fue uno: verla y enmochilarla con avidez inusitada.
Pero en el mismo momento recordó que había cometido una profanación con la laguna, por lo cual salió en carretera precipitada. Mas no había dado dos pasos cuando un estruendo aterrador le dio aviso de que no las llevaba todas consigo. ¡Y quién dijo nada! Retumbó un trueno y un rayo cruzó tan amenazante ante su vista que por poco deja a nuestro hombre clavado en el suelo. Pero el pobre corría sin hacer caso de la lluvia torrencial que se había desencadenado, ni del pavor que le oprimía el pecho.
Ya le faltaba resuello para la carrera vertiginosa que llevaba, cuando volvió a mirar y tuvo para morirse de miedo, cuando vio ahí no más, detrás de sus pies y casi lamiéndose las talones iba la laguna rugiente y espantosa cual si en cada pequeña ola sobresaliese la cabeza de un dragón o de un basilisco que quisiese tragárselo o matarlo de sopetón.
Palpose perdido el campesino y faltándole el aliento, descargó su pesada mochila para devolver al agua el tesoro, pero al irlo a hacer, notó que en vez de la alhaja de oro llevaba una serpiente viva, con ojos llameantes y que apenas vio abierta la boca del morral salió airoso y llena de majestad sobre las ondas fieles de su laguna.
Y la laguna volviose con mucha calma hacia su lecho, llevándose a la culebra encantada.









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